Y todo lo demás
Urge, entonces, un plan que operativice estas y muchas otras buenas intenciones.
Entrega anterior: Tres grandes pactos
Explicados los tres pactos, pasó revista el presidente a una serie de temas importantes, aunque presentados de forma desordenada. Un bloque específico lo constituyeron un compendio de términos sobre la forma de hacer gobierno con los que nadie podría pelearse, pero que desafortunadamente destacaron por su vaguedad: gobierno electrónico, auditoría social interna, transparencia, reordenamiento de las finanzas públicas, reestructuración del servicio civil, calidad del gasto, efectiva rendición de cuentas.
Aunque el Mandatario ha referido todo esto a un concepto nodal -la gestión por resultados- más pronto que tarde le tocará decirnos a todos, y especialmente a sus propios funcionarios, qué significan estos términos. ¿Cómo se hace gobierno electrónico en una sociedad donde, según datos del Banco Mundial sólo 10 de cada 100 personas son usuarios de la Internet y sólo hay un suscriptor de Internet de banda ancha por cada 230 habitantes? Toca quizá preocuparse primero por la electrónica para el gobierno, como primer paso para ofrecer el gobierno electrónico. Otro tanto en el caso de la reestructuración del servicio civil, donde la clave estará en reformar las finanzas, salarios e incentivos, antes que las jerarquías, si se han de retener o atraer gente de talento y competencia. Urge, entonces, un plan que operativice estas y muchas otras buenas intenciones.
Igual ocurrió con la poca precisión de intenciones en materia educativa. De nuevo, las estrategias concretas para reformar este sector clave y conflictivo dieron paso a los lugares comunes, como capital humano, clave de nuestro futuro, y nuestro activo más importante. ¿Cómo, cómo, cómo? es la pregunta que retañe una y otra vez al escuchar estas sentencias. Confiemos que la sólida comunidad de intereses en el sector educativo sabrá darle un contenido concreto a los propósitos
Urge, entonces, un plan que operativice estas y muchas otras buenas intenciones.
Quiso el Presidente en la última parte de su discurso no dejar sin tocar ninguna de las teclas que al resonar garanticen el ingreso de divisas y algunos recursos flexibles para el gobierno: la promoción y la protección al migrante como llave de las remesas, y los temas de narcoactividad y trata de personas con respecto a nuestros vecinos del norte. Veremos si el asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se vincula con alguna eficacia a la invitación con dedicatoria a los Estados Unidos para luchar contra el narcotráfico “con un grado mayor de corresponsabilidad en la prevención y en el combate”.
Terminó el Mandatario apelando al compromiso, e invitando al optimismo. Dependerá de los ciudadanos -usted y yo- que ese compromiso se haga realidad. Dependerá de las acciones de Otto Pérez Molina que el optimismo sea justificado.
Original: http://yahoraquemucha.com/resenas/358-el-discurso-y-iii.html recuperado de https://web.archive.org/web/20120122185342/http://yahoraquemucha.com/resenas/358-el-discurso-y-iii.html