Rara vez los clasemedieros llevamos la voz cantante. No gozamos de las certezas que dan el dinero y la pobreza, y nuestro cómodo pero precario bienestar nos hace parcos para alterar lo que ya camina, aunque camine mal.
Hay de todo entre quienes tenemos el privilegio y la responsabilidad de escribir una columna en alguno de los medios nacionales. En un extremo están los que consiguen información en primicia y, además, la analizan con precisión y pertinencia.
Son los periodistas profesionales que además forman opinión. Y son los menos. Cuento entre ellos, por ejemplo, a Gustavo Berganza, a Juan Luis Font, a Martín Rodríguez, a Phillip Chicola. Ponen los mojones de la opinión pública creíble.