En un pacto perverso han preferido la certeza de la existencia controlada por su enemigo y su parásito antes que correr el riesgo de construir su propia existencia.
En 70 000 años el ser humano cambió dramáticamente la megafauna del planeta. Aunque la cosa se aceleró en los últimos siglos, tenemos ratos de estar en el negocio de la extinción. Leones, elefantes, bisontes y tantos otros se vieron diezmados por igual.
Es probable que en 100 años ya no existan algunos de los grandes animales que pueblan nuestras historias inmemoriales. Tigres, panteras y osos quizá solo vivan de manera segura en esas mismas historias. Con suerte, en los zoológicos en que los encerramos.