Afortunadamente el suicidio sí es manejable. Pero debemos primero animarnos a nombrarlo, a reconocerlo y quitarle el estigma que nos ahoga en silencio.
El prejuicio y la marrullería política a veces nos confunden, insinuando que no todos somos iguales. La justicia arbitraria y los servicios disparejos parecen decir que algunos dolores son más legítimos que otros.
Pues bien, hoy es ocasión para fijarnos en nuestra común humanidad. El 19 de noviembre se celebra el Día de los Sobrevivientes de Suicidio. No, no se refiere a quien pudiera haber sobrevivido un intento de suicidio; se trata de quienes, por toda la vida, cargarán con el dolor de la pérdida de un ser querido que sucumbió por su propia mano.