El golpe de Estado en Guatemala fracasó dramáticamente. Quizá. Tras medio año de caos, la transmisión de mando ocurrirá en 4 días. Confiemos. En todo caso, la intentona leguleya y las respuestas que provocó dejaron lecciones que conviene aprender.
Sobre la élite nacional, demostró que la valentía para liderar el cambio no le viene fácil. Su segmento reaccionario se resiste a perder privilegios, así deba mandar las formas republicanas y democráticas al infierno y aliarse con gente ruin. Y su segmento progresista quiere reformas económicas y políticas, pero sufre un apocamiento paralizante frente a la intimidación de sus congéneres retrógrados.
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