La causa indígena y sus líderes tendrán que venir a la ciudad. Lo suyo no tiene por qué ser eternamente un campesinado pobre.
Cinco siglos en estas tierras cuentan una historia de invasión. Como toda invasión, es una historia sencilla: alguien tiene una tierra, otro la quiere. Entra en su territorio y se la quita con violencia.
A veces la invasión es repentina y la tierra se pierde de golpe. Otras, la mayoría, es una usurpación paulatina. Cien años de tratados mendaces hicieron falta para que Estados Unidos redujera a los indígenas a las reservaciones mínimas que hoy habitan.