Reconocer y abordar la modernidad es un asunto toral en Guatemala, porque dos grupos sociales que definen nuestra particularidad han hecho apuestas importantes por conservar el pasado.
Resulta importante explicarnos la modernidad, porque podemos entenderla como una justificación de la historia. O como una actitud ante la vida.
Empiezo marcando la diferencia entre modernidad, como cualidad de “aquello perteneciente o relativo al tiempo de quien habla o a una época reciente” y modernismo, como “afición a las cosas modernas con menosprecio de las antiguas”. Como justificación, modernismo es afirmar tras los hechos que triunfamos porque teníamos razón. Los conflictos son una constante humana, y los ganadores siempre se han apurado a reescribir la historia, llamando obvia su victoria. Es la excusa eterna de los colonialistas, que llaman salvajes a sus víctimas y evangelización a su destrucción. Pero también y por reflejo, una trampa para quienes les resisten.