Tag: élite

  • Un peligroso juego con cuchillos

    Lo que ese autor ensaya es un malabarismo pernicioso. Encima, torna más altas las apuestas al usar cuchillos de doble filo.

    Hace unos días vi un malabarista callejero. A esa actividad de poca paga, él agregaba un reto especial: hacía sus malabares con tres machetes.

    El temor al desastre inminente impulsaba a voltear la vista. A la vez, el morbo forzaba a seguir viendo. Por supuesto, el fulano sabía lo que hacía, y el dominio de sus machetes le impulsaba a tomar un riesgo calculado. Lo más probable era que todo saldría bien, y cosecharía algún dinero entre su audiencia informal. Pero la posibilidad de herirse era real e inescapable.

    (más…)

  • Una agenda para el Comité de Crisis

    Ya que les escucha el señor Presidente, ya que tienen casi toda la plata y mucho del poder, hoy sí, resuelvan la crisis.

    Irremediable: después del titular en elPeriódico, ya no dejaremos de llamar Comité de Crisis a una junta del CACIF con el Presidente de la República.

    Viendo la noticia, reaccioné con más celeridad que prudencia. «Arrogancia escandalosa», la llamé en Facebook. ¿Quiénes se creían esos señores, para calificar solos con el Presidente lo que sería una crisis? Un amigo, que afortunadamente lee los medios con más pausa, me hizo enmendar: primero hay que verificar. Especialmente cuando elPeriódico ha resultado un eficaz enemigo de su propia credibilidad.

    (más…)

  • Un empresariado inevitable

    Pensar que el mercado lo resuelve todo, o que del capitalismo saldremos como quien se quita una camisa sucia, es tan ingenuo como querer verle los pies al divino rostro.

    Al capitalismo del siglo XXI le urgen reformas profundas. Caducó el balance entre trabajadores, empresarios y Estado, construido desde las primeras huelgas decimonónicas hasta la segunda posguerra mundial.

    El conflicto en dos siglos parió un Estado vigilante, un capitalismo regulado y una ciudadanía industrial con derechos. Pero en nombre de la globalización se desdibujaron los bordes del Estado, se olvidaron los pactos y creció la necesidad de revisar el contrato. Vinieron los primeros reclamos a final de la década de 1990, pero fueron sofocados astutamente en nombre del antiterrorismo después de 2001. La catástrofe financiera de 2008 volvió a poner el tema sobre el tapete. Por más que los bancos se afanan en decirnos que agregan un valor descomunal a las economías, ya no les creemos. Pero no sabemos quién se sentará a la mesa a renegociar el pacto (¿cuál mesa, cuál pacto?, agregaríamos). De allí los desvelos, tanto de empresarios en Davos como de activistas del Occupy Wall Street.

    (más…)

  • Oligarquía, élites, empresariado

    Élites somos todos los que tenemos ventaja. Mientras más desigual la sociedad, más notable la distancia que guardamos con el grueso de la población.

    Oligarquía, élites y empresariado son términos que con frecuencia se usan de forma indiscriminada. Pero ello confunde el pensamiento y la conversación, y sobre todo la política. Conviene hilar más fino para no perdernos, condenando donde no toca o excusando cuando hay más responsabilidad.

    (más…)

  • 2013: cuando al fin admitieron su incompetencia

    Sólo el tonto, o el malicioso al que le conviene el statu quo, insisten en hacer cosas que no funcionan sólo porque lo manda la ideología.

    Cuando estamos convencidos de lo que hacemos, actuamos sin pensarlo demasiado. Si los resultados se consiguen, repetimos las conductas.

    La historia de Guatemala ha sido la historia de una élite que se consideraba competente: sabía lo que quería, sabía cómo conseguirlo. Hacía lo que tocaba, obtenía resultados y repetía. Hasta que de tanto éxito llegó, como los burócratas, a su nivel de incompetencia.

    (más…)

  • Un compromiso real: 180 días

    “Jornada escolar” no es una escuela sin llave. Jornada escolar sólo existe si tenemos juntos maestros y estudiantes, cinco horas, haciendo lo que toca: enseñar y aprender.

    Llega el fin del año, buen momento para pensar en el futuro. Hace apenas un mes, 37 personas firmaron un “Primer Acuerdo Nacional sobre Desarrollo Humano”.

    Entre políticos y “testigos de honor”[1] se comprometieron a mejorar la nutrición, la calidad educativa y las oportunidades para los jóvenes. Desde entonces ha pasado de todo. La Corte de Constitucionalidad revolvió más las aguas del río Montt, adquirimos deudas millonarias, nos aprobaron reformas que quizá transparenten la cosa pública y, para rematar, se armó un circo con el caso Siekavizza. Y yo le pido ¿recordar un pacto de políticos?

    (más…)

  • Feliz Día de la Madre

    Sirve poco imponer metas al Estado si no se dice quién pondrá los recursos. Comprometer a quien no tiene la plata o el poder para cumplir, es condenarlo por anticipado al fracaso.

    Tres hermanos dispusieron celebrar el Día de la Madre. ¿Quién se puede oponer a esto? Pero entre ellos había de todo.

    Juana, la mayor, no tenía ni plata ni carro. Llegar a cualquier reunión le resultaba un calvario, cuando acaso conseguía transporte. Pedro, comerciante por ocupación y obsesivo por personalidad, seguramente cumpliría, pero insistía en hacer todo a su modo. Fermín el menor, cariñoso y distraído, siempre decía que sí, ¡pero nunca cumplía! Así que por iniciativa de Pedro, pusieron el compromiso por escrito.

    (más…)

  • La juventud puede cambiar el pacto perverso

    Mientras vivamos en sociedad necesitaremos pacto. Perverso, como hasta aquí, o democrático y equilibrado, reconociendo que donde ganan siempre los mismos, perdemos la mayoría.

    Seguramente conoce aquella broma usada cuando nos preguntan sobre nuestro empleo: “ellos hacen como que me pagan, y yo hago como que trabajo”. Un pacto perverso, queriendo sin querer.

    Igual nos ha pasado como sociedad. Desde la Colonia, especialmente desde 1871, construimos un pacto perverso. Las partes que se odiaban, de alguna forma también se necesitaban mutuamente. El trato no fue entre iguales, como no lo es en el empleo. Pero eso no quita la componenda, deliberada para algunos, forzada para otros.

    (más…)

  • Ceder o conceder: el Enade y un dilema para la élite

    No es igual reconocer la enfermedad que animarse a tomar la amarga medicina, como hoy les exige la historia.

    Puesto a escoger entre los destinos de Luis XVI de Francia y Guillermo III de Inglaterra, ¿qué preferir? Entre el poder absoluto, siempre amenazado, y el poder compartido, ¿qué será mejor?

    Al enfrentarse monarquía y oposición, Luis optó por ceñirse a la tradición absolutista de sus antepasados homónimos Luis XIV (“después de mí, el diluvio”) y Luis XV (“el Estado soy yo”). Acabó con la monarquía y cosechó como premio un guillotinazo. Mientras tanto, Guillermo reconoció el poder compartido que le exigían los líderes de la Revolución Gloriosa, y a cambio agregó Inglaterra, Irlanda y Escocia a sus ya valiosos dominios holandeses. El balance inclusivo de poder que generó, a la larga lanzó a Gran Bretaña a la Revolución Industrial y le dio una prosperidad como nunca antes había visto la humanidad. Buen negocio, ¿no?

    (más…)

  • Qué duro defender el privilegio

    La falta de letras nunca ha implicado que las personas no entiendan cuando les dan gato por liebre en el sistema de justicia.

    Ha de ser duro justificar lo indefendible, nomás porque es del bando de uno; explicar por qué al que tiene se le dará, y al que no, que se aguante.

    Ojo, que no es peculiaridad de un solo bando. En la China comunista, como en la difunta Unión Soviética, en los EE.UU. como en Venezuela, algunos han terminado en ventaja, extrayendo de la sociedad más de lo que aportan. Y buscan justificar la rapiña.

    (más…)

Verified by MonsterInsights