No le pido que se vuelva comunista. A mí me gusta el consumo y he visto mercados que funcionan.
Abrió Paseo Cayalá, y no faltaron las críticas ni las defensas oficiosas: feo, bonito, excluyente, abierto, negativo, optimista. Escoja para su gusto y persuasión.
Sin embargo, el problema no es Cayalá, apenas una iniciativa comercial más. La lógica del mercado capitalista dicta que se reúnan los inversionistas, busquen algo en qué meter su dinero, que vendan y recuperen la plata con ganancias. Allí no hay sorpresas.