En Hechos Guatemala, pude abordar con Luis Armando Lamadrid temas cruciales de la gestión del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, incluyendo el estatus de las reparaciones del socavón en el km 44 de la ruta CA-9 Sur, avances en la inversión en infraestructura, la recuperación del Aeropuerto Internacional la Aurora tras 10 años de descuido y la contraproducente dinámica política entre el Legislativo y el Ejecutivo, que hoy desafía el logro de inversiones de interés nacional.
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Las ONG y el orden público
Ir a descargarPrimero, la versión corta. Muchos argumentos sobre la Ley de Organizaciones No Gubernamentales (ONG), recién emitida por el Congreso, son espurios, maliciosos o equivocados.
Quienes promueven la malhadada ley tienen por qué dar argumentos errados. En su universo, todo vale con tal de cerrar espacios democráticos. Pero el mal que hacen rebasa incluso su miope imaginación: hasta los que quieren bien terminan haciendo argumentos dañinos.
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El hambre no es falta de comida
La semana pasada, el Congreso perdió un préstamo por 100 millones de quetzales que el Banco Mundial le daría al Gobierno para combatir el hambre en Guatemala.
Como el cobarde que en guerra hace un escudo humano con niños, los canallas disfrazados de diputados incluyeron el préstamo contra el hambre en la misma agenda en que querían aprobar una ley de amnistía para tanto militar irredento por su papel criminal durante la guerra. Por supuesto, ante esta obscenidad se rompió el cuórum y nunca se discutió el préstamo.
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«Reset» legislativo
La magia del reinicio no está en apagar el computador, sino en lo que pasa en los pocos segundos después de que se vuelve a encender.
Cuando el computador da problemas, muchas veces basta con apagarlo y volver a encenderlo para que se resuelvan. ¿Por qué? Con la licuadora no hacemos eso cuando deja de funcionar.
En general, aparatos como una licuadora fallan en el hardware, en sus componentes físicos. Cuando el computador falla, generalmente no se ha roto nada. La mayoría de los problemas que se presentan son de software: simplemente ha cometido un error de lógica y comienza, por decirlo de alguna forma, a pensar mal. Sus piezas mecánicas siguen operando perfectamente, y así puede funcionar mal indefinidamente. Incluso, puede crear nuevos y peores errores sobre los anteriores.
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A cambiar todos, a cambiar todo
Aquí lo urgente es acceder de forma directa y efectiva al poder del Legislativo para controlarlo y cambiarlo.
Dieron nueva evidencia de bajeza los diputados, como si la necesitáramos. Con el cinismo usual se recetaron otra barbaridad en exclusivo beneficio propio.
Mostrando una unidad ausente para lo importante y para lo urgente de la agenda legislativa, los insaciables congresistas se prescribieron un bono 14 y un aguinaldo calculados sobre todos los ingresos que perciben, no sobre su salario base, como manda la ley.
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El Parlamento ciudadano
Para los antiguos beneficiarios, ahora todo debe volver a su cauce. Pero las reglas cambiaron, y los ciudadanos ya no hacemos caso a su juego perverso. Hoy urge revisar nuestro quehacer.
Los Congresos en las democracias modernas tienen tres funciones: representar a la ciudadanía, formular leyes y vigilar a los otros organismos, en particular al Ejecutivo.
Sin embargo, sobra evidencia de que nuestro Congreso no representa a la ciudadanía, sino apenas a un muy estrecho grupo: la clase política misma y sus financiadores. La función legisladora también quedó descartada. Líder no tuvo empacho en usar interpelaciones espurias para descarrilar la agenda legislativa, un truco aprendido del PP en tiempos de Colom. Y salvo destacadas excepciones, hace rato que el Congreso abdicó de su responsabilidad fiscalizadora y se convirtió en vulgar amanuense del Ejecutivo. Abandonar a Pérez Molina no fue independencia política, sino desesperación de diputados que buscaban salvar el pellejo ante la amenaza a su reelección.
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Esto es guerra
El camino era obvio: desconocer las garantías políticas del presidente quitándole el derecho de antejuicio y aprobar sin más vueltas las reformas a la LEPP que presentó el Tribunal Supremo Electoral.
El Salvador se ha debatido en las últimas semanas al borde del abismo. Con poco menos que una declaración de guerra, las pandillas usaron sus amenazas al transporte urbano para chantajear a la sociedad entera y forzar al Estado a una negociación.
El hecho desalienta cuando pensamos que no hace ni un cuarto de siglo que los salvadoreños respiraron aliviados ante el fin de la guerra civil. Pero no mire de reojo a los vecinos pensando que somos tan distintos. De forma menos violenta, pero igualmente nefanda, pasa aquí otro tanto. Faltarán los tatuajes, pero aquí unos pandilleros igualmente peligrosos —¡más peligrosos!— le declararon la guerra a la sociedad entera y asaltan el Estado.
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Sin más dilación aprobar las reformas propuestas por el Tribunal Supremo Electoral
Ciudadana, ciudadano: si quería causa para la protesta, para exigir ante el Congreso, aquí la tiene.
Primero, el mensaje clave: usted y yo, ciudadanos y ciudadanas, debemos insistir en que se aprueben sin retraso ni modificación las Reformas para el fortalecimiento del régimen político electoral del Estado de Guatemala, que presentó el Tribunal Supremo Electoral (TSE) al Congreso el 26 de junio.
Ahora, a los detalles. Las reformas no resuelven todo, pero son fundamentales para limpiar la clase política y democratizar el acceso al poder. Hace más de cuatro años que se discuten en la sociedad civil, incluso en algunos partidos políticos. No hay excusa para que pícaros como Pedro Muadi o cínicos como Luis Rabbé detengan lo que hace ratos la ciudadanía demanda.