Tag: cambio

  • Incidir en Guatemala

    Incidir en Guatemala

    Partamos del supuesto de que usted y yo queremos el bien. Partamos de suponer que hoy se presenta una coyuntura favorable para hacerlo.

    Un gobierno nuevo, de gente competente y sin mala fe, un ambiente en el que se respira esperanza, son elementos que definen un contexto positivo para un cambio que, además, sea provechoso. La pregunta clave es: ¿cómo hacerlo?

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  • Lo único que nos pertenece

    Lo único que nos pertenece

    Vivimos atrapados en nuestra cabeza. Todo lo que vemos, oímos, olemos y tocamos, necesariamente es recibido primero por los sentidos, transmitido por los nervios y procesado por el cerebro.

    Solo a partir de allí experimentamos la «realidad» en esta misteriosa construcción, nuestra conciencia, que filósofos y neurocientíficos no terminan de descifrar. El color de un amanecer y la caricia de quien amamos, pero también la infelicidad ante las limitaciones materiales y el desprecio al otro que nace del prejuicio, solo se hacen ciertos para cada quién dentro de la caja dura y oscura del cráneo, en el litro y pico de masa gelatinosa del cerebro.

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  • Para conservar el empleo

    Para conservar el empleo

    El Ministerio Público y la Cicig volvieron a dejar claro que la vieja Guatemala está podrida hasta el fondo.

    Casi no es noticia el número de gente en prisión o pendiente de captura por ser parte de la mafia que organizó Alejandro Sinibaldi. Pero aún es notable la variedad de funcionarios, empresarios, gerentes y gente de a pie involucrada.

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  • Dinámica de sistemas

    Los sujetos intentan mover la cosa en su dirección y, sí, pasan cosas que satisfacen a algunos. Pero solo tras el hecho logramos afirmar: «Ya vieron. Pasó lo que quisimos».

    Nos desagrada la falta de control. Tanto en la práctica como en las ideas queremos realizar nuestra voluntad.

    En asuntos públicos, la ilusión del control tiene una augusta historia. El derecho divino de reyes justifica que algunos tengan en la mano las riendas del Gobierno. El Leviatán describe los mecanismos del control. El príncipe prescribe su buen ejercicio. La democracia promete a cada uno control sobre lo suyo.

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  • No temas

    «El peligro es enteramente distinto del temor» y la forma de dominar el miedo es acostumbrándose a sus causas.

    Te criaron con miedo. Miedo al otro, miedo al comunista. Miedo al ateo, miedo incluso a la religión ajena. Miedo al futuro incierto, miedo a los impuestos, miedo a la gente distinta de ti.

    Cuando naciste, tu miedo ya estaba instalado. Como especie, porque desde la antiquísima África aprendimos a qué temer: a la víbora y a la araña, que con su veneno mataban; a la gente desconocida, que al no ser pariente podía quitarnos hogar, presas y parejas. Como clase, a esos miedos arcaicos tus abuelos y bisabuelos precavidos agregaron el temor a la gente que despojaron, el temor al indio que podía alzarse machete en mano. Y para buen resguardo lo sellaron todo con el silencio, con el temor al diálogo.

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  • La mujer del empresario

    Las jóvenes de la élite tampoco están contentas con este fastidioso statu quo. ¿Acaso no se han formado con igual o más esfuerzo que sus hermanos? ¿Acaso no tienen sueños y recursos para concretarlos?

    Recientemente, el Cacif ha figurado bastante en los medios. Como pasa siempre que alguien sugiere que la élite cargue con su parte en el financiamiento del Estado, la patronal no perdió tiempo para rechazar que pudieran contribuir a financiar la justicia. Eso de la responsabilidad se les da muy mal.

    Por mi parte y como siempre, veo la foto de los líderes empresariales y lo que vuelve a llamarme la atención es la ausencia de mujeres. Queriendo verificar si es simple casualidad o prejuicio mío, hago una búsqueda en internet. Pongo simplemente «cacif» en el buscador de imágenes. Entre las 100 primeras fotografías solo encuentro 2 con mujeres. En una se trata de una persona que está de espaldas a la cámara. En la otra son 3 mujeres indígenas, en segunda fila.

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  • La gran conspiración, o de cómo a la realidad le importan un bledo mis prejuicios

    A la práctica social le toca lidiar con lo que hay, no con lo que quisiera yo que hubiera.

    Los sumos sacerdotes intelectuales de la «izquierda de Guatemala» (¿ya somos suficientes, o sigue siendo oxímoron esto último?) están apurados por descalificar el movimiento de la ciudadanía de estos últimos meses. Y mientras más legítimamente intelectuales, más documentadamente académicos, más se esmeran por descalificar.

    «¡Nada cambió!» sentencia uno. «No, es que fue una revolución “de colores”», agrega otro. «¡Qué va, si lo que pasa es que los manipularon!» señala el tercero, queriendo ganar más puntos en la carrera por llegar hasta abajo. Hasta que al fin, tocamos fondo. Abrazados y en coro, gritamos: «¡es una conspiración de los gringos!»

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  • «Agradecemos los apoyos, pero lo que necesitamos son compromisos»

    Los compromisos no son cosas que se dicen. Son cosas que se hacen. Y para hacer hay que planificar y luego, muy pronto, hay que actuar.

    Quedó disipada toda duda sobre la enormidad del monstruo que creó nuestra historia de política venal, empresariado antidemocrático y votantes acarreados. Con insolencia inédita, Pérez Molina confirmó con su mensaje del domingo que de la presidencia no piensa salir, salvo bajo sus propios términos.

    Donde nunca hubo un estadista hoy hay un peligroso hombrecillo atenazado entre sus negocios y las amenazas, haciendo cuentas para minimizar sus pérdidas. Sin más apoyo que el de su malicioso sucesor en ciernes, sin ministros, sin futuro, dejémoslo en su soledad, como al fin —tarde y tibiamente— lo dejó su amigo de los buenos tiempos, el Cacif.

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  • Lecciones que dejan las viejas tecnologías

    A la mecanografía en algún momento le dieron el golpe en la nuca y salió sobrando del currículo. ¿Qué nos hace pensar que no es hora de hacer lo mismo con el ejército?

    Si usted tiene mi edad, seguro que la mecanografía figuró notablemente en su educación. Empezó por sentarse frente a esas teclas duras: «asdf ñlkj asdf ñlkj». También habrá visto de cerca la desaparición de la máquina de escribir, sustituida por el computador. Y con apenas unos años menos que yo, jamás habrá usado uno de esos aparatos. Desde su infancia presiona teclas leves y mágicamente aparecen letras en una pantalla luminosa.

    Sin embargo, cuando se elaboró en 2009 el currículo de primero básico, todavía destacaba la mecanografía. En detalle arcaico hablaba de topes marginales y de papel pasante. Apenas un año más tarde, cuando se publicó el currículo de segundo, todo aquello había desaparecido.

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  • Los azotes continuarán hasta que mejore la moral

    Para dejarlo claro: las pruebas, por sí mismas, no cambian nada, ¡nada! Es una ilusión piadosa pensar que con publicar los resultados algo mejorará. La evidencia conduce a mejoras solo si los sujetos saben qué hacer para mejorar, y lo practican.

    Exige el capitán que acelere la galera. Los remeros están agotados y sin ánimo, replica el oficial. ¿La solución absurda? Mandarlos azotar, y que los azotes continúen hasta mejorar su moral.

    Hace un par de meses nos enteramos de lo mal que salieron en las pruebas de 2013 los egresados de tercero Básico. La semana pasada se ampliaron las malas nuevas: los graduandos en 2014 también salieron mal. Si usted es depresivo, pida en casa que escondan las navajas, porque esto está de cortarse las venas. Ni siquiera 1 de cada 4 graduandos llegó al satisfactorio en Lenguaje, y menos de 1 de cada 10 lo hizo en Matemática. Tenga allí la nueva generación de empleados, emprendedores y estudiantes universitarios.

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