Después de un rato tenemos la jerarquía llena de trabajos de mierda, desde abajo y hasta el gerente del banco, muy orondo con su salario gigantesco por hacer nada.
Vuelvo al cuidacarros de hace un par de semanas, que no me quedé tranquilo con las lecciones que nos dejó pendientes.
Para recapitular, un cuidacarros es alguien que monopoliza un pedazo de calle y, cuando un automovilista intenta estacionar, le da instrucciones sobre cómo hacerlo —algo enteramente innecesario— y cobra por cuidar el carro. Aun cuando la principal amenaza al automóvil es el mismo pseudovigilante.
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